Estas dos primeras etapas de la ruta a los Alpes han sido kilómetros y más kilómetros.
El primer día, saliendo desde Madrid, 800km para dormir en un hotel de Perpignan.
El hotel Victoria, que encontré a las 22h, después de deambular por las salidas de la A9 en varios polígonos. Aunque caro, la habitación estaba limpia y completa (AA, wifi) y el personal excelente, además la moto pudo dormir en garaje (sin coste). No recomiendo los hoteles Kyriad, son supercaros (95€/noche/indv)
Perpignan me ha gustado, tiene ese aire de las pequeñas ciudades francesas que nos muestran en las películas. Ha formado parte de la historia de Cataluña. El Castellet, que es además el símbolo del ayuntamiento, está situado al comienzo del casco histórico. Calles estrechas con tiendas, cafés y restaurantes. Evidentemente hice lo típico de tomarme un café en una terraza observando el paso de la gente.
La catedral de San Jean-Baptiste, a la que están reparando la torre.
Los márgenes del canal están llenos de restaurantes, agradable y relajante escenario. Merece la pena entrar al patio del hotel de Ville.
Llegar hasta aquí me supuso llenar tres depósitos, el último de ellos en un polígono comercial de Perpignan, con todo cerrado por la noche, tienes que aceptar primero el cargo en la tarjeta y luego echas. Un par de franceses se acercaron con una extraña historia de gasolina y un billete de 10€…lo siento, no entiendo francés…y allí nadie parecía entenderlos.
Desde Perpignan, y por la carretera de la costa (D209) llegué a Narbona. Un recorrido que es digno de disfrutar, por la costa mediterránea francesa, una sucesión continua de viñedos y pueblos costeros.
Narbona, ciudad de origen romano y que conserva una parte de la Via Domitia que discurría por la ciudad. Atravesada por canales, cuyas aguas no parecían muy limpias, sus callejuelas están repletas de cafeterías y restaurantes (tortillas, ensaladas, sandwiches, baguettes, etc) que no son demasiado baratos.
Mi selección fue un restaurante regentado por dos mujeres, Reataurant Grignotage. Excelente trato y comida, muy bien de precio.
La catedral de San Justo y San Pastor inacabada, forma parte del Palacio Nuevo de Narbona junto con el palacio de los Arzobispos. La torre de Donjon Gilles situada en el centro histórico pertenece al palacio de los Arzobispos que tiene el Museo de Arte.
Los que prefieran la playa, también y no está a más de 15min en coche.
En definitiva una ciudad para visitar en un día en el recorrido de la costa francesa.
Continuando por la carretera D209, sucesión de mas viñedos antes de llegar a Montpellier. Una parada, es la facilidad que te proporciona la moto, para fotografiar las extensiones de viñedos.
Indispensable visitar la Place de la Comedie. Ahí está la oficina de turismo que me encontraron y reservaron un hotel a 5 minutos de la plaza, que grande la chiquita de rasgos asiáticos que me atendió.
La explanada Charles De Gaulle, Jardin du Champ de Mara, son perfectos para relajarse en alguno de los kioskos o simplemente pasear y observar a la gente, leer un libro, tirar fotos, …
Los cafés de la plaza para tomarse una cerveza y disfrutar las actuaciones de los artistas en la calle. Hay un tiovivo estilo años veinte que le da un toque vintage.
La Opera Comedie, tiene una iluminación por la noche azul preciosa.
Todas las calles por la zona de la Pl. et Halles Castellane son para recorrer con calma, por la abundancia de tiendas y cafes.
La cerveza, más que merecida después de los líquidos perdidos en el viaje, en el Cafe Riche (la Abbaye d’Affligen está buena).
El hotel Des Étuves, excelente. Habitación con vistas a la calle, baño en la habitación, wifi, sin AA, por 43€. Ojo, la escalera es estrecha y no hay ascensor, así que si tienes que subir equipaje…
Bastante educados y respetuosos los franceses con las motos. También en las autopistas, como la A9, donde dan rienda suelta a sus deseos de velocidad, pero aún ahí son pacientes y guardan la distancia. Nada que ver con nosotros por ejemplo en la A2 o A7, porque los hay que se piensan que son su circuito Motorland particular…
Mañana llegaré hasta Grenoble para emprender el paso de los puertos en los Alpes, me esperan unos 300km.
Estos dos primeros días me refuerzan en la convicción de que viajar en moto es exigente, excitante, peligroso, reconfortante y sobre todo, sensación de libertad.

Un comentario en “Ruta en moto a los Alpes. Etapas 1 y 2”