A punto de finalizar la fase Australiana, tenía pendiente terminar Nueva Zelanda.
La vuelta a Christchurch, apenas 45min de vuelo desde Hokitika, un pueblo rural donde la vida transcurre tranquila y relajada. Siendo domingo no había nada abierto y encima llovía, así que visitamos el National Kiwi Centre donde una entrañable anciana además de darnos palique se esmeró en atendernos. Allí vimos al orgullo nacional de NZ, el kiwi!
Ah! Antes de llegar a Hokitika el bus realizó su parada «obligada» en Pukekura. Un pueblo de dos habitantes que regentan, por decirlo de alguna manera, un bar/restaurante/souvenirs (Bushmans) que mas bien parecía un templo de caza y de lo irónico que rozaba lo desagradable. Carlota tiene alguna prueba gráfica…
Christchurch, destrozado por el terremoto de febrero, tiene cerrados prácticamente todos los accesos al centro. Tiendas, restaurantes, bares, pubs, marcados con pintura como edificios que corren el riesgo de derrumbarse. Es realmente triste y muestra la magnitud del seísmo que afectó a la ciudad. La opción fue por tanto los jardines botánicos, un parque ideal para un paseo entre la vegetación autóctona que está atravesado por el río Avon, y donde se suceden las batallas de patos!
Comida en el Pegasus Arms viendo un partido de rugby, y ya estábamos listos para Auckland.
Gracias Ngarie por tener la habitación perfectamente preparada, ha sido como estar en casa. Su desayuno completamente homemade, muesli, pan, y sus detalles para los picnic, vino de NZ incluido. Un bed&breckfast& en Christchurch que no busca mucha publicidad para mantener ese toque casero y acogedor.
Auckland, era la ciudad tomada por los seguidores del mundial de rugby, argentinos, irlandeses, samoanos, australianos, ingleses,…que tenían su propia zona restringida en el puerto, como nosotros la tenemos en Colón para los partidos de la roja.
Existe variedad de ferrys que navegan por toda la bahía, entre las distintas islas como Rangitoto, o ciudades como Devenport. Ya que el tiempo no acompañaba nos decidimos por una ruta a través de la bahía que ofrece buenas vistas de la ciudad. Tienen varias paradas para contemplar una naturaleza exuberante con paisajes de montañas, campos y bahías. Ah! y ovejas, porque si algo abunda en NZ son las ovejas (unos 40mill). Los cruceros salen del puerto y no hay problema con las reservas de un día de antelación o el mismo día, siempre que se tenga claro los días hábiles.
Descubrimos en Auckland, bueno Carlota descubrió, el Food Alley. Unas galerías de mini restaurantes asiáticos donde puedes degustar sushi, coreano, thai, europeo,…por unos 20NZD. Definitivamente el mejor sitio para comer, rápido, variado, barato y asiático.
La Sky Tower, situada en la Sky City, tiene en la parte baja una zona de souvenirs donde las referencias a las películas rodadas en parte en NZ (El señor de los anillos, district 9,…) son lo más interesante. Si se quiere subir a la torre son 28NZD/per.
La calle principal (Queen St.) es la zona principal de tiendas y se pueden encontrar desde tiendas de souvenirs regentadas por asiáticos a Gucci, también tiendas de ropa, bancos, restaurantes, oficinas, etc. Sin embargo, si te adentras por las calles laterales te encuentras cervecerías y tiendas menos masificadas.
La visita al museo de Auckland (bus verde del city link) es indispensable si se quieren conocer los orígenes de los pueblos del pacifico, cultura Maorí, las batallas de los «kiwis» y el recordatorio de todas las víctimas de las guerras mundiales. El espectáculo Maorí tiene un coste de 25NZD.
Por la zona del puerto hay multitud de restaurantes, algunos de diseño y otros no tanto, que no son realmente baratos pero tienen buenas vistas y ofrecen menús basados en pescado o pasta. El Snapdragon fue nuestra elección, con un local agradable aunque un poco oscuro. Los vinos excelentes, como en toda NZ.
También aquí te puedes encontrar un restaurante español, como fue el Bonita, con vinos (alguno español) y tapas españolas (tortilla, chorizo, churros…). Después de un vino de NZ aquí, la cena en el italiano de moda? Prego, con una chimenea en el centro, buena comida y vino, aunque muy ruidoso. El servicio realmente atento y por supuesto el nombre de Carlota hizo estragos 🙂
El hotel (Auckland City Hotel) recomendable por sus habitaciones pero el personal no es muy amable.
Paihia, zona de playa a la que se llega en bus (Intercity o nakedbus) a buen precio.
Existen diferentes compañías de ferrys que ofrecen excursiones de un día por la zona de Bay of Islands, en las que se pueden ver delfines (y nadar con ellos siempre que las condiciones los permitan), orcas y ballenas. Tuvimos suerte y los vimos! (salvo ballenas) aunque imposible nadar porque el grupo de delfines llevaba crías.
El bar 35 degrees South al lado del embarcadero para disfrutar del «catch of the bay», que es una buena opción para comer pescado. Mereció la pena cenar por el ambiente durante el partido de rugby con paliza de los All blacks vs. Japón.
Es zona de backpackers y familias, y después de visitar todos las tiendas de souvenirs y arte, que son unas cuantas, merece la pena relajarse en la playa contemplando la bahía con sus islas.
El hotel, Pahia Pacific, con habitaciones muy amplias, piscina y spa (pequeños).
Siguiente parada era Christchurch, pero dado que no tiene prácticamente posibilidades, buscamos una alternativa. Akaroa es una buena opción. Un pueblo de origen francés, que se nota por las banderas de algunas casas (estilo colonial). Pueblo con restaurantes y tiendas, muchas de decoración donde lo típico es el fish and chips, en el The trading Rooms estaba buenísimo!
La carretera, con curvas, es perfecta para hacerla en moto, y lo demuestran todos los motoristas que nos encontramos. Un pueblo tomado el domingo por Harleys, Ducatis, Suzuki…y algún viejo «angel del infierno», como echo de menos conducir la moto!
Al día siguiente salíamos hacia Sydney a las 6 a.m. pero esa es otra historia.
Nueva Zelanda, me gustaría volver, eso si, cuando sea verano. La amabilidad de su gente, la belleza brutal de sus paisajes, la tranquilidad de sus ciudades y pueblos invitan a que haya en el futuro una segunda ocasión.
Carlota prefiere Australia, pero eso será otra historia que contará ella…
Que ganas tengo de ver todas los fotos que estaréis haciendo, tiene que haber sido brutal ver los paisajes de NZ.
La fase australiana para mí es como si la hubiera vivido, ya que Ling se ha encargado de etiquetarme en todos los sitios y las fotos en FB, jajaja!!
Ahora toca la fase de tirarse en la playa, por favor, volved pronto, se os echa de menos, un beso enorme para los dos!!