India, la ciudad dorada de Jaisalmer. vol. IV

Vista de Jaisalmer desde el Palacio

Mi viaje continúa por el estado de Rajastán, la ciudad de Jaisalmer situada en el desierto de Thar. Se la conoce como “La Ciudad Dorada” y está situada en una roca arenosa de color amarillento donde destaca su fuerte situado en la cima de la colina Trikuta. El color amarillento o dorado es característico de la ciudad cuyo nombre proviene de su fundador Rao Jaisal.

Es la ciudad del desierto, del calor asfixiante, de las excursiones en camello, de las noches en tienda al aire libre, y del fuerte. La base fundamental en la que se sustenta la ciudad es el turismo.

Jaisalmer fundada en s. XII ocupaba una posición estratégica en la ruta tradicional de comercio atravesada por caravanas de camellos de mercaderes indios o asiáticos. Una ruta que unía la India con Asia Central, Egipto, Arabia, Persia, África y el oeste. Gracias a estos ricos mercaderes se construyeron mansiones de madera  y piedra caliza. Sin embargo el auge del tráfico marítimo produjo un trasvase de mercancías hacia Mumbai.

Vista del fuerte de Jaisalmer

El Fuerte de Jaisalmer , situado sobre la colina Trikuta, es un recinto amurallado con 99 almenas. Una gran parte de la población vive dentro de sus muros y esto provoca que esté en peligro su conservación. En su interior está el palacio Maharaja Mahal, y hay diversos templos jainas e hinduistas. Lo mejor para descubrirlos es perderse en su laberinto de calles estrechas, llenos de pequeños comercios y tiendas donde los colores y olores

Entré en el Palacio del maharajá  (255rs más la cámara), atravesando una serie de portales hasta llegar al patio. Son siete plantas y una parte está abierta al público. Desde él se pasaba revista a las tropas. No es tan exuberante como los palacios de Udaipur o Jaipur, pero destacan sus decoraciones con colores vivos en las pinturas, telas y los trabajos con espejos.

El palacio Maharaja de Jaisalmer

Otra visita a la Nathmal-ki-Haveli , con esculturas y pinturas en la primera planta.

Para no perderse, la Patwa-ki-Haveli , la entrada 100rs más la cámara mereció la pena. Yo creo que es la más espectacular, y está situada en un callejón muy estrecho. Construida en el s. XIX por cinco hermanos jainíes mercaderes de joyas. Desde la terraza tiene buenas vistas del fuerte.

El Salim Singh-ki-Haveli , es privado. La entrada 15rs más la cámara, y aún se encuentra habitada. La planta de abajo son habitaciones estrechas mientras que las superiores son amplias, con balcones y cúpulas. Fue construida hace tres siglos.

Patwa-ki-Haveli

Durante el callejeo descubrí diferentes templos jainíes. Un complejo de 7 templos (255rs) interconectados. Ojo con los horarios. Su construcción en piedra caliza amarilla, albergan esculturas, pinturas y una biblioteca con manuscritos antiguos.

Cogiendo un autorickshaw, y por solo 30rs llegué al Gadi Sagar . Se trata de un estanque al sur de la muralla rodado por templos y santuarios con unos arcos muy elaborados en la entrada. En su momento era el depósito de agua de la ciudad. Impresionante el tamaño de las carpas, cuando la gente se puso a echar trozos de comida la lucha era encarnizada ….

El estanque Gadi Sagar

El Museo de folklore de Jaisalmer , es muy recomendable para visitar. Tiene cerámica, armas, elementos para montar camellos y botellas de opio.

En cuanto a la comida, curry, pollo, arroz son las bases de la cocina, nada nuevo con respecto . Los restaurantes más caros están al lado del Palacio.

Me alojé en la Himalayan guesthouse que no me explico como no se caía a pedazos. Lo mejor sin duda desayunar y cenar en la terraza, compartir unas cervezas con otros viajeros, una buena conversación (aquí conocí a unos israelíes) y admirar el recinto interior del fuerte durante la noche.

Realmente la ciudad se puede recorrer en dos días, y si se quiere hacer la excursión al desierto las hay como mínimo de medio día por mil Rs.

Las estaciones de tren y la principal de autobús están juntas así que intenté reservar todos los siguientes billetes ya que tenía claro los días que me quedaban. Fue imposible conseguir billete de tren para Agra, y tuve suerte de conseguir los trayectos Agra – Varanasi y Varanasi – Kolkata.

Salía en bus hacia Agra a las 17h y dejaba la puesta de sol a mis espaldas sobre la ciudad dorada, me esperaban otras 8 horas de «sleeper class». Tenía que llegar a Jaipur y allí cambiar de bus hacia Agra. Ojo en estos cambios de transporte ya que intentan hacer que vuelvas a pagar, pero manteniéndose firme y con los justificantes de los billetes comprados no hay problema. En mi caso, fue una discusión acalorada hasta que conseguí hacerles comprender que ya había pagado mi billete hasta Agra …

Próximo destino, una de las maravillas del mundo…el Taj Mahal

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