Para llegar al lago di Como desde el pueblo de Lomazzo la mejor opción es ir por la carretera (SP30, SS35) que aunque es más lenta que la autopista A9, atraviesa varios pueblos y es interesante verlos. La carretera en sí es divertida, con buenas curvas para disfrutar con la moto entre bosques.

Se llega a la localidad de Como y desde ahí se baja hasta el lago. No es evidente llegar hasta él, porque desaparecen las indicaciones, así que me di una vuelta por el pueblo y finalmente decidí preguntar (podría haberlo hecho al principio, no?) por las indicaciones. Se puede bordear el lago por carretera (la SS340) pero puede llevar casi dos horas, ya que es estrecha, hay puntos que solo cabe un coche y se pasan continuos pueblos y villas por los que hay que reducir la velocidad.
El lago, rodeado de montañas y éstas cubiertas de pueblos, casas, mansiones y villas que surgen de la vegetación que lo cubre todo, es inmenso, con agua limpia y clara. Las villas tienen accesos directos al lago para las embarcaciones y la gran mayoría están dedicadas a hoteles. Después de pasear por el borde del lago, y recorrer la carretera, finalmente, no reconocí a ningún famoso.
Desde Como salía hacia Suiza, después de los Alpes franceses me tocaba atravesar el paso de San Gotardo, Furkapass, Grimselpasa y Sustenpass. Cuando decía que lo de bordear el lago que lleva tiempo es porque hay pueblos continuamente, perfectamente cuidados como pueblos costeros, pero que hacen que la velocidad media sea baja. Si además te vas parando cada poco para hacer fotos, se te pasa más de una hora sin darte cuenta.
Siguiendo la SS340, por el margen izquierdo del lago di Como, están las indicaciones para entrar en Suiza. Así que entré en Suiza por Lugano, que también tiene su lago espectacular y menos explotado en cuanto a edificaciones que el de Como, por lo que invertí más tiempo en recorrerlo. Lugano, merece la pena visitarlo con calma, la primera impresión fue muy buena, deportes acuáticos, playa, restaurantes, rutas de senderismo. El acceso más rápido sería desde Como hacia Chiasso y desde ahí la carretera 2 hacia Suiza, llegando también a Lugano.
La entrada en Suiza sin problema en la frontera. Se nota el cambio, las carreteras cuidadas los pueblos limpios y los olores. Yendo en la moto es una sucesión continua de olores a campo y a ganado. Se supone que las autopistas son de pago (hay que sacarse una tarjeta), pero no tuve que pagar ningún peaje.

Para llegar a San Gotardo hay que coger la A2 en dirección Lavorgo y salirse en la indicación del puerto, que está justo después de atravesar el tunel de S. Gotardo siguiendo la carretera 2. La subida empieza con una carretera ancha y bien asfaltada, por la ladera de la montaña y con buenas protecciones, por lo que se puede disfrutar de conducir y tumbar la moto. Esta carretera se mantiene en buenas condiciones hasta la cima y la posterior bajada (esa es la principal diferencia con los franceses), salvo que se coja un camino local. El cambio de temperatura es brutal, pasando de los 30° a pie de montaña a los 12° en la cima. En la cima se encuentran dos lagos y varias rutas de senderismo. Hay varios puestos de comida, chocolate caliente y un museo sobre el puerto. Al igual que el resto de puertos de montaña, la señal que indica la cumbre esta repleta de pegatinas, deseos y recuerdos de los que han llegado. Está situado a 2.100m en los Alpes Lepontinos.
Con el recorrido anterior por el lago di Como y Lugano, llegaba con el tiempo justo para el resto de los pasos suizos. En San Gotardo ya empezaban las nubes a hacer acto de presencia.
La bajada, por la misma carretera de subida pero en dirección Zurich, ofrece unas vistas impresionantes, merece la pena tomárselo con calma para disfrutarlas. La carretera continua en muy buen estado así que se hay que recrearse haciendo la bajada. Pasados unos 10km se llega a las indicaciones del Furkapass, siguiendo por la carretera 19. Aquí ya tenía las nubes encima, el día se oscurecía pero me metí a ello. Los primeros km son agradables, pero en cuanto se traspasa la barrera que indica si el puerto está abierto/cerrado, justo después de un idílico pueblo suizo, la cosa se pone interesante. Las curvas de 180° con pendiente y estrechas se van sucediendo, esto unido a la poco visibilidad y oscuridad por las nubes y una niebla que se acercaba rápidamente, hicieron que la subida no fuera demasiado agradable. Prácticamente no se veía nada del paisaje, asi que fue llegar a la cima y bajar, ni fotos porque con la niebla imposible. La temperatura estaba en los 15°-16° así que tuve que abrigarme, claro venía de 30° o mas. Si, debería haberlo hecho ya en S. Gotardo. Furka está situado a 2.453m emplazado en la zona central de los Alpes suizos.

Tal y como estaba ya el día cancelé la subida a Grimsel y Susten, y me dirigí hacia Zurich, mi próximo destino. Bajando por la carretera 19 y siguiendo la carretera 2, que como decía antes está en perfectas condiciones para una conducción alegre y rápida, se llega a la autopista A2. Sabía que no llegaría ese día a Zurich, así que conduje hasta que mis muñecas (la bursitis no tuvo su mejor día) y posaderas dijeron que era suficiente.
Me detuve en Altdorf, en la salida 36 de la A2, un pueblo suizo de veraneo situado junto a un lago y las montañas. Es como un destino paradisíaco de vacaciones con deportes acuáticos y de montaña. Hay varios hoteles, aunque los precios son bastante elevados, se puede regatear! mi opción el Hotel Sternen. A eso de las 22h el pueblo estaba muerto, la temporada de verano había terminado pero ni siquiera la poca gente que había estaba en la cervecería. En fin, típico, así que cena, cerveza y a dormir.
Al día siguiente tenía que llegar a las Rheinfalls y bajar bordeando el lago Bodense hacia Italia y sus Alpes…
Saliendo de Altdorf hacia la A4 se llega a Zurich. Es fácil llegar al centro de la ciudad, y recomiendo dejar allí la moto para recorrer las calles caminando. El único problema era que estaban de obras por lo que muchas calles estaban modificadas, así que mi roadbook no me sirvió en esta ocasión. Utilicé la vieja estrategia de preguntar, de esta forma fue sencillo encaminarme hacia las Rheinfalls.
Zurich, limpio y ordenado. El comercio preparado para la afluencia de visitantes y los restaurantes con sus mejores galas para que disfruten de un buen descanso en una localización excelente. Así es Zurich, todo listo hasta el menor detalle. Otra cosa es el precio que tengas que pagar…ahí ya a gusto del consumidor aunque no encontré muchas alternativas.
Las Rheinfalls, hay que dirigirse hacia Wintherthur (así se indica en los carteles) y justo antes de llegar a la ciudad ya hay carteles que indican su situación. Cogiendo el desvío se encuentran en el lado derecho. Ojo, hay dos indicaciones de parking pero es mejor llegar hasta el segundo, si no hay sitio siempre se puede volver al primero. La entrada son 5€ (solo efectivo), y se sigue el camino preparado sobre la ladera con varios puntos de observación, incluido uno casi en la base, donde te llega todo el spray de las cataratas. Se pueden coger unos barcos que te acercan al salto de agua, y también es posible llegar al otro margen y subir a un punto de observación justo en el medio.
La fuerza de la naturaleza es salvaje y brutal, solo nos salva nuestra capacidad para desarrollar herramientas que nos permiten controlarla.
Desde aquí me tocaba bajar hacia Italia bordeando el lago Bodense. Atravesaría Alemania, Austria, Lietchestein, Suiza y finalmente Italia.
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