Roadtrip por Nepal, comienza la aventura en moto.

Fue desde que me pico el gusanillo de viajar uno de mis destinos más deseados. Sin embargo, ya fuera por uno u otros motivos lo había postergado hasta no sé que mejor momento.

Quizás porque estábamos teniendo un gran año, quizás porque me encontraba con el flow, quizás adelantando acontecimientos, o quizás fue el contacto de Miguel, pero algo provocó el disparador para sumarme a una gran aventura en moto por Nepal.

Por partes, primero la máquina. Royal Enfield, que tal y como su claim indica, están hechas como un arma. No por su letalidad, sino por su sencillez y fiabilidad. Unas bestias para cualquier tipo de terreno, con una mecánica sencilla de mantener y reparar, que sobreviven y se desenvuelven perfectamente en cualquier tipo de terreno. Poco ha importado si eran rocas, piedras, grava, barro, arena o agua, las Royal siempre han salido airosas de las situaciones en las que las sumergíamos.

El staff. La perfecta organización y cuidado de Miguel hizo que todas las eventualidades (por otro lado esperables, no olvidemos que estamos hablando de recorrer un país como Nepal en moto) quedaran en intrascendentes anécdotas. Siempre atento a incidentes y por supuesto al dal-bat y las cervezas (después de las 17h). Recomendando técnicas, su experiencia y los briefing nos iban abriendo cada día a una nueva andanza.

 

 

Hearts & Tears motorcycle club. Unos auténticos cracks de las carreteras nepalís. Un MC de Pokhara que nos iba encaminando por las pistas y caminos. Su conocimiento, cuidado y reparación de las Royal fue fundamental para que esta aventura resultara algo inolvidable. Matt, Prabin, Suria, Rajan, imposible tener unos mejores compañeros de viaje.

El destino, Nepal. Un país con la sonrisa en los labios. Con la amabilidad en su ADN. Con la sencillez de quien es capaz de empatizar y ayudar a los demás, por el mero hecho de ser humano. Después de recorrer varios países, creo que no he encontrado gente más acogedora que el pueblo nepalí.

El entorno por el que nos movimos ha sido, sin lugar a dudas, de los más espectaculares del mundo (al menos de los que he conocido). Es algo emocionante e inexplicable tener casi al alcance de la mano unas moles de la naturaleza de 8.000msnm como el Dhaulagiri, los Annapurnas y el Masnalu, o una montaña sagrada de 6.993m que no ha sido escalada, el Machapuchare.

 

Introduzco así este nuevo viaje. Una aventura, sin duda diferente a cuantas había hecho hasta ahora. Que empezó con un grupo de amantes de las motos y los viajes, y ha terminado con un grupo de amigos moteros.

Ahora toca ir desmenuzando cada una de las etapas, pero sin desvelar todos los secretos… 😉